Como mi compañero Bruno, quiero empezar contando de dónde vengo y por qué la semana laboral de 4 días ha revolucionado mi vida.
Imagina esta escena: atrapada en el clásico lunes a viernes, sin esperanza de algo mejor. Horas extra, sábados sacrificados... Todo "normal", decían. "Aguanta", insistían. ¿Suena familiar?
Entre semana, la rutina era monótona: madrugar, enfrentar el caos del tráfico, trabajar mi jornada (o incluso horas extra), luchar en el tráfico de vuelta a casa, apenas encontrar tiempo para pasear al perrito que llevaría todo el día solo, entrenar si tenía energía, hacerme la comida del día siguiente y dormir. ¿Descansar? ¿Qué es eso?
Y los fines de semana, lo mismo que todos: familia, amigos, estudios, limpieza (aunque malas lenguas lo nieguen), y, si tenía suerte, encontraba un momento para desconectar. Tenía la misma sensación que tenemos todos: los fines de semana pasan demasiado rápido.
Pero, ay, los domingos al mediodía... Ahí empezaba la pesadilla de la ansiedad, los nervios, la inquietud. Sin darme cuenta, el lunes ya me estresaba antes de llegar. En el grupo de WhatsApp, las amigas compartíamos GIFs y memes odiando los lunes y soñando con un fin de semana más largo. Un deseo HIPER utópico (como cuando deseo que Hogwarts y el mundo mágico exista de verdad 🥲), que sabíamos que no era posible salvo que hubiese algún festivo o puente..
Llegaba a la oficina tras 45 minutos de atasco, como si me pesase la vida. Sin energía, sin ganas, con la mente nublada. Pero en 2021, todo cambió cuando me uní a One Totem, atraída por el teletrabajo 100% y la ansiada semana laboral de 4 días. ¡Ese sueño utópico era real!
Al principio, las dudas me invadieron: ¿Menos sueldo? ¿Hacer más horas el resto de días? ¿Realmente será productivo y sostenible?
Pero cuando conocí a Santi, Laura y Dani, me despejaron todas las dudas. No sólo no cobraría menos, sino que trabajamos 32 horas semanales y el modelo es más productivo que nunca. Pero, sobre todo, ¡adiós, estrés!
Ahora duermo más y mejor, olvídate del atasco, mi perro nunca está solo, trabajo feliz en chándal, puedo comer caliente y recién hecho y hasta me doy siestecitas. ¿Un sueño? ¡No, mi nueva realidad!
Y los viernes, ¡la gloria! Aprovecho para ir a sitios que suelen cerrar o se masifican por las tardes, empiezo mis viajes de fin de semana antes y sin atascos, me sigo formando, doy paseos largos, entreno y, por fin, desconecto de verdad.
Todo este nuevo framework hacen que, por primera vez en mi vida, coja los lunes con ganas. Aunque también tengo que decir que un buen ambiente y unos compañeros insuperables, contribuyen a todo esto. Eso sí, ahora mis amigas me odian un poco…
Nadia Suanzes
Marketing Manager
