Colombia y la lenta búsqueda de un equilibrio laboral

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julio 31, 2023
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Hace unos días, leí una noticia que me sorprendió: "Comenzó la reducción de la jornada laboral en Colombia". En un primer momento, imaginé que se referían a una semana de trabajo de 4 días, con 32 horas semanales, lo cual sonaba alentador. Sin embargo, al profundizar en la noticia, descubrí dos cosas: una, que la jornada tradicional no es de 40 sino de 48 horas, y dos, que el cambio fue casi imperceptible: de 48 horas semanales, se redujo a 47 horas desde el 15 de julio de 2023. Aunque se afirmaba que la ley impulsada por el expresidente Álvaro Uribe establece una reducción gradual hasta llegar a 42 horas semanales en 2026, la velocidad de este progreso me hace dudar de que realmente se logre ese objetivo.

Es decepcionante comparar la situación en Colombia con la de más de 20 países que han optado por reducir las horas de trabajo, respaldados por estudios que demuestran la efectividad de esta medida. Mientras ellos avanzan con determinación hacia la semana de 4 días, Colombia parece avanzar con lentitud y sin una clara visión para alcanzar un equilibrio entre la vida laboral y personal.

Reflexiono sobre cómo los países menos desarrollados pueden enfrentar una relación desigual entre las horas de trabajo y la calidad de vida de sus ciudadanos. Los datos al respecto son claros:

“Los datos son claros: los trabajadores en los países más pobres en realidad tienden a trabajar más y, a veces, mucho más.”

Las palabras del empresario Mario Hernández, quien critica al Gobierno y argumenta que los colombianos "trabajan muy poquito", resuenan en mi mente. Sus declaraciones ponen de manifiesto una mentalidad empresarial que prioriza la productividad sobre el bienestar de los trabajadores, lo que solo conduce a jornadas largas y agotadoras.

Las 47 horas semanales actuales seguramente generan trabajadores fatigados e insatisfechos con su entorno laboral, quienes anhelan cambiar de empleo en busca de mejores condiciones. Además, el bajo salario mínimo de $1.160.000, aproximadamente 257 euros al mes, agudiza aún más la difícil situación para muchas personas y sus familias.

La pandemia golpeó fuertemente al país, llevando a niveles alarmantes de pobreza laboral, superando el 60% en el peor momento. Esto sitúa a Colombia junto a Perú como los más afectados en la región.

La economía también ha enfrentado desafíos, con un crecimiento que, si bien fue sólido en 2022, se prevé que se desacelere significativamente en 2023. La inflación, especialmente la de alimentos, ha afectado los ingresos laborales y ha reducido la disminución de la tasa de pobreza nacional.

Es evidente que la inflación tiene un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos. Con altas tasas de inflación, los salarios reales se ven reducidos, lo que disminuye la participación de los más desfavorecidos en la renta nacional y aumenta el costo de la canasta básica de consumo. Si esto tuviera relación con la cantidad de horas trabajadas, los trabajadores de Colombia tendrían una situación económica más holgada. 

Colombia enfrenta una situación compleja en su búsqueda de reducir la jornada laboral y mejorar la calidad de vida de sus trabajadores. Si bien el camino hacia una semana laboral más corta es un paso en la dirección correcta, el progreso lento y los retos económicos y sociales hacen que el panorama sea incierto. Es fundamental que líderes y empresarios comprendan que la eficiencia y la productividad no deben significar el detrimento de la calidad de vida de los trabajadores. Un equilibrio adecuado permitiría construir un futuro más próspero y justo para todos los colombianos.

Imagen de portada gentileza de Flavia Carpio via Unsplash

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